La Iglesia Anglicana emprende un encendido debate sobre el matrimonio homosexual
La Iglesia de Inglaterra debate el miércoles en un sínodo su polémica propuesta de permitir que los sacerdotes bendigan los matrimonios entre personas del mismo sexo, en un contexto de profundas divisiones al respecto en el Reino Unido y otros países anglicanos.
Tras casi seis años de consultas sobre el tema, la Iglesia de Inglaterra, protestante, anunció el mes pasado que no permitiría los matrimonios entre personas del mismo sexo.
En su lugar, propone ofrecerles la bendición de su unión o matrimonio civil, una oferta que no satisface ni a los partidarios de los matrimonios homosexuales religiosos ni a sus detractores dentro de la institución.
Reunidos en Londres para un sínodo general, órgano electo que se reúne dos o tres veces al año para decidir sobre cuestiones doctrinales y políticas, sus casi 500 miembros deben debatir y votar la propuesta.
El debate se produce tras años de creciente presión política sobre la iglesia anglicana para que reforme su enfoque del matrimonio entre personas del mismo sexo, legalizado en Inglaterra en 2013.
La iglesia anglicana, dominante en el Reino Unido bajo la égida de la Iglesia de Inglaterra, de la que el rey Carlos III es gobernador supremo, cuenta con 85 millones de creyentes en todo el mundo y está presente en muchos países, incluidos algunos del África subsahariana donde la homosexualidad aún se considera un delito.
Antes del sínodo, la Iglesia de Inglaterra también había pedido disculpas a las personas LGTB+ por la actitud "hostil y homófoba" a la que pueden haberse enfrentado en algunas parroquias.
Pero la medida ha suscitado críticas dentro de la propia institución.
Jayne Ozanne, miembro del sínodo y activista LGTB+, calificó las disculpas de la iglesia de "palabras vacías".
"Llevamos años escuchando disculpas de nuestros obispos, pero ninguna acción", declaró a la AFP.
"Es como una relación abusiva en la que alguien no deja de pegarte y luego te dice: 'lo siento, lo siento'", fustigó.
Por otro lado, el conservador Consejo Evangélico de la Iglesia de Inglaterra también se opone a la reforma, afirmando que creará "más división" dentro de la institución.
"Creemos que la responsabilidad de la Iglesia de Inglaterra es servir a la nación recitando el evangelio, no transigir con la cultura dominante", afirmó en un comunicado.
- "Profundas diferencias" -
Las propuestas del obispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de los anglicanos, fueron mal percibidas en algunas iglesias anglicanas del extranjero, que a menudo defienden una postura más dura hacia la comunidad LGTB+.
Welby reconoció las "profundas y apasionadas diferencias" que existen sobre estas cuestiones el lunes en la apertura de un sínodo de cuatro días.
"Pero no caigamos en la caricatura de aquellos con los que no estamos de acuerdo, así como de aquellos que intentan construir su vida lejos de dios", dijo.
"Demasiadas personas, sobre todo en torno a la sexualidad, han escuchado palabras de rechazo", añadió.
Aunque la propuesta que se debate el miércoles no pretende cambiar la ley de la Iglesia de Inglaterra y, por tanto, no requiere una votación formal para su aprobación, se pide a los miembros del sínodo que se pronuncien sobre una moción de apoyo y posibles enmiendas.
Y un rechazo haría que las bendiciones propuestas para las uniones del mismo sexo fueran casi imposibles de aplicar.
La Iglesia de Inglaterra, aunque en general es más liberal, no es la única iglesia cristiana que se enfrenta a tensiones en esta cuestión.
Dentro de la Iglesia católica, el papa Francisco ha causado controversia al adoptar una postura relativamente liberal sobre la homosexualidad, afirmando que quienes la criminalizan están "equivocados".
Pero no se aparta de la línea de la doctrina católica sobre el matrimonio, definido como la unión entre un hombre y una mujer con fines de procreación, y en 2021 el Vaticano reafirmó su opinión de que la homosexualidad es "un pecado".
E.Campana--ESF