El sector del tabaco en Cuba se lame las heridas tras el azote de Ian
Maritza Carpio, una cultivadora de tabaco del oeste de Cuba, empezó a recuperar su optimismo: cinco meses después del devastador paso del huracán Ian, que golpeó a este sector vital de la economía cubana, ha podido iniciar el secado de sus primeras hojas cosechadas.
Esta agricultora de 62 años, que heredó de sus padres su finca de 5,6 hectáreas, no olvidará jamás ese 27 de septiembre de 2022, cuando el occidente de la isla y en particular la región de Vuelta Abajo, considerada el triángulo del oro verde cubano, fue azotado durante varias horas por Ian, un huracán de categoría 3, con ráfagas de hasta 208 km/h.
Árboles arrancados de raíz, techos volados, campos anegados y casas para secar tabaco derrumbadas: el paisaje era desolador en esta región reconocida por producir el mejor tabaco del mundo, materia prima de los famosos habanos.
"Se procedió a la recuperación de esa casa de tabaco completa", dice a la AFP Carpio, mientras observa a tres obreros instalar nuevas láminas en el techo de estructura de madera, que quiere reconstruir "más fuerte y moderna".
Estas estructuras con techo de palma o lámina, que permiten que las hojas se doren gradualmente sin perder su flexibilidad gracias a la combinación adecuada de temperatura, humedad y circulación de aire, son un elemento clave en la producción de tabaco y puros. De nada sirve sembrar si las hojas no pueden secarse en condiciones óptimas inmediatamente después de la cosecha.
"Cuando tuve la certeza de que se podía recuperar la casa de cura (secado de tabaco), yo decidí sembrar", explica la tabacalera mostrando las plantas de un metro de altura.
El Estado y la empresa estatal Tabacuba, que compra a productores privados el 95% de sus cosechas, destinaron ayudas para apoyar a este sector crucial en una isla golpeada por una profunda crisis económica.
En 2021, Cuba exportó puros por un valor de 568 millones de dólares, según las últimas cifras publicadas por Habanos S.A., que comercializa todas las marcas cubanas y que el lunes inaugurará en La Habana, tras dos años de suspensión debido a la pandemia, su tradicional Festival del Habano.
"Siendo el tabaco tan importante para la economía cubana, el Estado priorizó la recuperación del sector", celebra Carpio.
Las autoridades tuvieron que atender varios frentes en las tres provincias afectadas por el huracán, donde resultaron dañadas más de 100.000 viviendas, además de infraestructura eléctrica, escuelas y centros de salud.
- "Lágrimas del corazón" -
A pocos kilómetros, Rafael Pérez, un tabacalero de 50 años, también está dando los últimos toques a su nueva casa de secado de tabaco, a pesar de las dificultades para encontrar material.
"Lo que me queda por hacer es (...) terminar de forrarla por los lados y algunas cosas pequeñas", pero "yo por lo menos estoy adelante, estoy cogiendo tabaco, estoy en fase de recolección", señala este productor que logró sembrar 60.000 plantas en su finca de dos hectáreas.
"Muchos vecinos no han podido sembrar tabaco porque no tienen la casa de cura", lamenta.
Los restos de las casas de tabaco destruidas aún se ven en medio de los campos. En algunos lugares, los plantíos de maíz y frijol han sustituido a las habituales parcelas de tabaco.
Bisniel Benítez, de 33 años, no ha podido reanudar su actividad. Hace cuatro años que apostó a la producción de oro verde. "Antes me sentía orgulloso de cultivar el tabaco. Me gusta lo que hago. Es el sustento de mi casa", dice este padre de un niño.
Pero Ian arrasó con el techo de su vivienda, se llevó la casa de tabaco que tenía y arruinó la bomba que servía a varios tabacaleros para regar sus plantaciones.
Ahora tiene que trabajar como jornalero, tras gastar sus escasos ahorros para reparar su hogar.
"Me salieron lágrimas del corazón de haber luchando tanto tiempo por algo que se ha derumbado", confiesa.
Los productores coinciden en que harán falta "entre ocho y diez años" para que toda la provincia de Pinar del Río, que produce el 65% del tabaco cubano, vuelva a su estado habitual. Y todos esperan que la región no tenga que revivir pronto semejante pesadilla.
A.Barbero--ESF