Fieles musulmanes realizan el último gran ritual del peregrinaje anual del hach en Arabia Saudita
Los fieles musulmanes realizan este domingo en Mina el último gran ritual del peregrinaje anual del hach en Arabia Saudita, la lapidación de las estelas que representan a Satanás, en el primer día del Eid al-Adha, la mayor fiesta del Islam.
Multitudes de peregrinos llegaron en la madrugada en el valle de Mina para aventar piedras contra las imponentes estelas. El recinto fue objeto de importantes reformas desde 2015, con el objetivo de mejorar la afluencia de público y evitar una nueva estampida como la que dejó 2.300 muertos ese año.
Después de este ritual, los peregrinos regresaron a la ciudad santa cerca de La Meca para dar nuevas vueltas alrededor de la Kaaba, la estructura cúbica negra hacia la que rezan los musulmanes de todo el mundo, situada en el corazón de la Gran Mezquita.
El peregrinaje, que reunió este año a más de 1,8 millones de musulmanes, se celebra bajo un calor sofocante. "Hace demasiado calor", declaró una mujer originaria de Jordania, que prefirió no dar su nombre.
A lo largo del camino, algunos se sentaron para retomar fuerzas y beber agua. Otros, agotados, decidieron acostarse por un momento.
El gran peregrinaje del hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene medios para ello. Los visados para La Meca son otorgados por Arabia Saudita en virtud de un sistema de cuotas por país.
- Fiesta del sacrificio -
Los peregrinos durmieron el sábado bajo las estrellas en la llanura de Mouzdalifa, a pocos kilómetros de Mina. Durante el día, rezaron y recitaron el Corán, el libro sagrado del Islam, en el monte Arafat, donde las temperaturas alcanzaron los 46 ºC.
Los medios locales informaron que, a lo largo del día, muchas personas fueron atendidas por dolencias relacionadas con el calor. Sin embargo, no dieron ninguna cifra. El año pasado se registraron más de 10.000 casos de enfermedades vinculadas al calor, según las autoridades.
El hach se desarrolla durante al menos cuatro días en La Meca y sus alrededores, a menudo al aire libre. A pesar de las altas temperaturas que se registran en esa parte del mundo, una de las más calurosas, la peregrinación en el monte Arafat, punto culminante del hach, se celebró con gran fervor.
"Este lugar nos muestra que somos todos iguales, que no hay diferencias entre los musulmanes del mundo", aseveró Amal Mahrouss, una mujer de 55 años que llegó de Egipto.
El ritual de la lapidación tiene lugar el primer día del Eid al-Adha, la fiesta que celebran los musulmanes de todo el mundo en recuerdo del sacrificio que estuvo a punto de hacer Abraham cuando intentó inmolar a su hijo, antes de que el ángel Gabriel se ofreciera a matar una oveja en su lugar, según la tradición.
Durante la celebración, los devotos sacrifican un animal, normalmente una oveja, y ofrecen parte de la carne a los necesitados.
Las celebraciones, sin embargo, se ven ensombrecidas este año por la guerra entre Israel y el movimiento palestino Hamás en la Franja de Gaza.
"No sentimos el Eid porque nuestros hermanos en Gaza son oprimidos bajo la ocupación [israelí]", afirmó Najem Nawwar, un peregrino egipcio de 43 años.
Unos 2.000 palestinos, la mitad de ellos parientes de víctimas de Gaza, fueron invitados este año por el rey Salmán para el peregrinaje anual.
Las autoridades advirtieron que no se toleraría ningún eslogan político durante el hach. Pero esto no impidió que muchos peregrinos expresaran a AFP su solidaridad con los palestinos.
"Rezamos por ellos (...) y por la liberación de Palestina, para que tengamos dos fiestas en lugar de una", declaró Wadih Ali Jalifah, un saudita de 32 años.
J.Suarez--ESF