Mo Farah, "aliviado" por el apoyo del Reino Unido tras sus revelaciones
El cuadruple campeón olímpico británico de atletismo Mo Farah afirmó este miércoles sentirse "aliviado" por el hecho de que el Reino Unido no inicie acciones judiciales en su contra tras sus revelaciones sobre su entrada con una identidad falsa en el país, cuando era un niño.
"Estoy aliviado: para mí, es mi país", reaccionó Farah, que logró el doblete olímpico en 5.000 y 10.000 metros en los Juegos de 2012 y 2016.
"Ningún niño quiere estar en esta situación. Tomaron una decisión por mí. Y estoy simplemente reconocido por todas las oportunidades que he tenido en el Reino Unido y orgulloso de representar a mi país como lo he hecho", añadió.
Farah, de 39 años y ennoblecido por la reina de Inglaterra por sus hazañas en las pistas de atletismo, reveló el martes en un documental que había llegado ilegalmente al Reino Unido antes de ser forzado a trabajar como empleado doméstico.
"La verdad, es no soy el que ustedes creen. La mayoría de la gente me conoce con el nombre de Mo Farah, pero esa no es la realidad. Fui separado de mi madre, y traído al Reino Unido ilegalmente bajo el nombre de otro niño llamado Mohamed Farah", explica el cuadruple campeón olímpico en una entrevista difundida en la BBC.
Su mujer, Tania, explicó que había sentido "tristeza" e "ira" cuando supo la verdad. Según ella, su marido "se ha autorizado por fin a sentir estos sentimientos de dolor" y el documental habrá sido para él "una forma de terapia".
Pese a estas revelaciones, el ministerio del Interior británico confirmó el martes que no iniciará "ninguna acción judicial contra Sir Mo Farah y sugerir lo contrario es falso".
Mo Farah desvela en el documental que su padre fue asesinado en Somalia cuando el atleta tenía cuatro años. Su madre y sus dos hermanos viven en la región separatista de Somalilandia, no reconocida por la comunidad internacional.
En el marco de su política muy controvertida de lucha contra la inmigración, el gobierno británico prevé deportar a Ruanda a los que piden asilo, una estrategia criticada por las asociaciones de defensa de los derechos humanos y por el momento bloqueada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
B.Vidal--ESF