Viktor and Rolf cumplen 30 años en la alta costura sin perder el sentido del humor
El dúo Viktor&Rolf cumple tres décadas divirtiéndose en la alta costura y lo celebraron este miércoles con un desfile en París que recoge sus logros, empezando por su humor surrealista.
"Enfants terribles" de la moda neerlandesa, esta pareja de diseñadores se especializó desde sus inicios en seguir escrupulosamente las reglas del difícil arte de la costura, para mejor reírse del boato y la parafernalia que a veces rodea ese mundo.
"Pensamos que era una gran ocasión, pero que lo íbamos a celebrar con las prendas más pequeñas que puedas imaginarte, porque queremos mantenernos ligeros de espíritu", explicó a la prensa Viktor Horsting tras el desfile.
"Así que pensamos en bañadores, bodies, pero en alta costura", añadió con una sonrisa.
"Proyectamos todos los códigos que hemos desarrollado en los últimos treinta años en esas prendas pequeñas: tirabuzones, lazos, flores, capas de ropa..." enumeró.
La moda que se presenta esta semana en París es supuestamente de otoño e invierno, pero para Viktor&Rolf no hay más fronteras que las que uno decide romper.
Si acaso, la mujer que lleva la ropa diminuta de esta colección puede protegerse con falsos maniquíes de esmoquin, que la envuelven y la acompañan mientras se pasea.
Las modelos que no desfilaban con esos peculiares guardaespaldas exhibieron enormes lazos, como regalos. O palabras: un "NO" enorme y tridimensional, cosido encima del pecho, o "Dream".
Viktor&Rolf gusta de equipar a sus mujeres con hombreras exageradas o sobreponer la misma prenda, en tallas cada vez mayores.
Los colores son rosa chillón, naranja fluorescente.
Y negro riguroso, para el escopetazo final: una mujer vestida de esmoquin. Como ellos dos, saludando al final al público entre salvas de aplausos.
"Lo hemos hecho en el pasado: formar parte literalmente del show", explicó Viktor.
- La exuberancia de Zuhair Murad -
Mucha más seriedad mostró Zuhair Murad, creador libanés que aúna la artesanía más exquisita con la suntuosidad de la alta costura intemporal.
Su mujer no va a un cóctel sin un maquillaje impecable. Labios de un granate centelleante que se apareja con una espectacular combinación de cola de gasa y body de transparencias, bordados y lentejuelas.
Faldas holgadas, de muselina o capas de seda. A partir de la cintura, un ramillete prieto de rosas bordadas y un velo vaporoso para cubrir la cabeza.
Bodies negros, bordados con lentejuelas como telarañas. La capa, de azul noche, para envolver el cuerpo, antes de que la señora vaya a recogerse a sus aposentos.
F.González--ESF