La UE recibe con tibieza el pedido de España sobre el catalán, el vasco y el gallego
Los países miembros de la Unión Europea (UE) se mostraron prudentes este viernes ante la solicitud de España de incluir el catalán, el vasco y el gallego entre los idiomas oficiales del bloque, según fuentes diplomáticas coincidentes.
España envió una carta a la UE a mediados de agosto para solicitar que esos tres idiomas, cooficiales en seis regiones del país, se sumen a los considerados oficiales en el conjunto del bloque.
La cuestión deberá ser objeto de debate el martes en una reunión de ministros de Asuntos Europeos.
El pedido ha sido uno de los gestos consentidos por el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, para granjearse el apoyo de los partidos nacionalistas vascos y catalanes, de los que depende para sacar adelante su investidura y gobernar otro mandato.
De momento, y mientras sigue la negociación con dichos partidos, Pedro Sánchez logró que una socialista, Francina Armengol, fuera designada presidenta de la cámara baja.
Sin embargo, la conversión del catalán, el vasco y el gallego en idiomas oficiales de la UE requiere el voto unánime de los países del bloque.
La UE tiene actualmente 24 idiomas oficiales, y el estatuto lingüístico del bloque obliga a traducir los documentos a todas esas lenguas y proporcionar los intérpretes necesarios para las reuniones.
El asunto fue discutido este jueves por los representantes permanentes de los países miembros en Bruselas, antes del debate a nivel ministerial previsto para el martes.
Entre los ministros, la cuestión será el martes objeto de debates, pero no deberá haber una votación, dijo una fuente española.
En la reunión de este viernes, los representantes de los países del bloque destacaron que la solicitud española planteaba cuestiones jurídicas, administrativas y presupuestarias que debían examinarse cuidadosamente antes de cualquier decisión.
"Es una manera de decir que se estaban moviendo un poco rápido", comentó un diplomático bajo condición de anonimato.
"Necesitamos tener una mejor idea de las posibles consecuencias del reconocimiento de estos tres idiomas", afirmó otro representante diplomático, sin esconder la cautela.
Las implicaciones financieras de la decisión son analizadas con especial cuidado, ya que la UE inició las delicadas negociaciones sobre el presupuesto plurianual del bloque.
Una fuente diplomática señaló que el reconocimiento de estas tres lenguas también podría dar lugar a exigencias similares por parte de idiomas regionales del resto de la UE.
M.Echeverria--ESF