Arte y tecnología se dan cita en museo futurista de Río de Janeiro
Robots con tentáculos que reaccionan a los movimientos humanos, resortes luminosos para explicar la física cuántica: una exposición de obras de arte que usan nuevas tecnologías, entre ellas la inteligencia artificial, abre sus puertas este miércoles en Río de Janeiro.
Nova Bienal Rio reúne 70 obras procedentes de 30 países en el Museu do Amanhã (museo del mañana), una construcción futurista de 5.000 m2 con apariencia de navío -que también recuerda al esqueleto de una ballena- creada por el famoso arquitecto español Santiago Calatrava.
Seis de las obras estarán expuestas fuera del museo y serán accesibles al público durante diez días.
Al frente de la bahía de Guanabara se levanta por ejemplo la instalación "Tube", del colectivo Numen/For Use, una suerte de laberinto en telaraña en el que los visitantes quedan suspendidos. En su interior, el público se mueve en la penumbra para distinguir mejor los juegos de luces.
La mayoría de las obras son interactivas, como "Quantum Jungle", del alemán Robin Baumgarten, que invita a frotar con los dedos una enorme placa táctil compuesta de 720 resortes rodeados de pequeñas luces led multicolores.
Los 12.000 bombillos se encienden según el movimiento de los dedos sobre los resortes, siguiendo un software que reproduce la ecuación de Schrödinger, uno de los fundamentos de la física cuántica.
La obra fue concebida con investigadores de la universidad de Pisa, en Italia. "Mi trabajo, como artista, fue hacerla tan bonita, divertida y lúdica como fuese posible, siempre respetando la precisión científica", explica Baumgarten a la AFP.
"Me encanta esta combinación de tecnología y arte", agrega este exprogramador informático de Berlín.
Ricardo Barreto, curador de la exposición, afirma que "no se trata de un evento de tecnología", sino sobre "cómo los artistas crean nuevas formas estéticas a partir de la tecnología", dice.
"¿Dónde se está dando la innovación hoy en día? En la tecnología", insiste.
Algunas obras permiten a los visitantes ver sus propios reflejos reproducidos con la ayuda de tecnologías diferentes.
Basta con mirar fijamente una cámara por algunos segundos para convertirse en un héroe de historieta posapocalíptica, o pasar por un anillo lumínico para ver la imagen propia en movimiento proyectada en una pantalla blanca horizontal.
Y con "Petting Zoo", del estudio británico Minimaforms, un robot con tres largos brazos como tentáculos reacciona de manera diferente a los movimientos y toques de cada visitante.
"Es una manera de repensar nuestra relación con los robots, con la inteligencia artificial, tratar de humanizar esas tecnologías y entender cómo se pueden adaptar a nosotros", explica el artista Theodore Spyropoulos.
La muestra acaba el 29 de octubre.
A.Pérez--ESF