De McCartney a The Cure, México es el escenario de moda para los conciertos
De Paul McCartney a The Cure, pasando por Pulp, Alanis Morissette y Arcade Fire, la Ciudad de México acoge hasta el domingo una semana de rock y pop casi ininterrumpida, que la confirman como "capital cultural" gracias a una creciente oferta.
Alrededor de unas 80.000 personas, según los organizadores, colmaron el viernes el Autódromo de la ciudad para la primera de las tres jornadas del festival Corona Capital, que tuvo un acento "brit-pop" con Blur, Pet Shop boys y Black Keys en la cartelera.
El martes y jueves, en el vecino Foro Sol, unas 65.000 personas ovacionaron a Paul McCartney con su "Got back Tour" en un concierto de tres horas coronado por juegos pirotécnicos.
"¡Los Mexicanos son los mejores! What a night (¡Qué noche!)", escribió el ex-Beatle de 81 años en su cuenta de Instagram.
"El público mexicano es una joya. Siempre los artistas lloran de emoción porque el mexicano siente (la música) y lo expresa", dijo Gerardo Ugalde, un ingeniero en robótica de 29 años que llegó desde Querétaro (centro) para acudir al Corona Capital.
En la zona metropolitana de Ciudad de México, con unos 22 millones de habitantes, confluye la música estadounidense (rap, hip hop, electrónica rock, pop) y los ritmos latinos (regional mexicano, ranchera, norteña, salsa, cumbia, reguetón).
Y para 2024, la oferta cultural se va a enriquecer aún más.
Marzo será un maratón de conciertos: Al "Vive Latino", que se realizará los días 16 y 17, y al "Ceremonia", los 23 y 24, se sumará del 6 al 9 el festival de producciones independientes del sitio estadounidense Pitchfork, poniendo a la capital mexicana a la altura de sus otras citas en Chicago, Londres, París o Berlín.
"En Ciudad de México nunca te aburres. No importa que sea lunes, martes, miércoles, día feriado (...), siempre hay algo que hacer", resume Clara Murillo, de 27 años, asistente del Corona Capital.
El precio relativamente alto de las entradas (unos 350 dólares) para los tres días en el Corona Capital no parece frenar a los aficionados en un país con el salario medio más bajo de entre 38 países evaluados por la OCDE (16.685 dólares anuales en 2022).
M.F.Ortiz--ESF