Países de la UE y eurodiputados acuerdan una reforma presupuestaria
Los países miembros de la Unión Europea y los eurodiputados acordaron el sábado de madrugada una reforma de las reglas presupuestarias del bloque destinada a mantener el gasto bajo control pero preservando las inversiones.
La UE lleva dos años de intensos esfuerzos para acordar reformas que tengan el apoyo de los países que prefieren la austeridad, como Alemania, y de otros que defienden una mayor flexibilidad, como Francia e Italia.
En diciembre, los países del bloque alcanzaron un entendimiento político básico que dio paso a las difíciles negociaciones con el Parlamento Europeo.
Presionados por la necesidad de que el texto pueda ser aprobado por los diputados antes de las elecciones al Parlamento europeo de junio, las negociaciones del viernes se alargaron 16 horas.
"Acuerdo", anunció rozando las 3 de la madrugada del sábado la presidencia belga del Consejo de la UE en la red social X.
Las nuevas reglas fiscales "contribuirán al equilibrio y la viabilidad de las finanzas públicas, a las reformas estructurales, a la promoción de inversiones, al crecimiento y a la creación de empleos en la UE", agregó.
El conjunto de reglas en vigor es conocido como Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que limita la deuda de los países al 60% de cada Producto Interior Bruto (PIB) nacional y el déficit público al 3%.
No obstante, ese Pacto fue suspendido por la pandemia de coronavirus para permitir que los países tuvieran espacio de maniobra en sus gastos.
Pasada la pandemia, surgieron las primeras voces que defendían el retorno a la austeridad, pero la guerra en Ucrania y la transición verde modificaron por completo las discusiones.
Un grupo liderado por Francia defendía mantener la flexibilidad para permitir inversiones y financiar nuevas infraestructuras o el suministro de armas a Ucrania.
La propuesta actual sugiere reglas adaptadas a la situación particular de cada país, de forma que cada Estado pueda definir su propia trayectoria de ajuste hacia la austeridad en un plazo de cuatro años.
Para aquellos países que emprendan reformas y requieran mayores inversiones, este período de ajuste puede extenderse a siete años.
L.Cabrera--ESF