"Mátenme en lugar de enviarme a Ruanda", dice un refugiado gay en Reino Unido ante el riesgo de expulsión
"Mátenme o condénenme a muerte en lugar de enviarme a Ruanda", pide Hadi, un solicitante de asilo que huyó de Irak, donde era perseguido por ser gay, cruzó Europa hasta llegar al Reino Unido y ahora teme ser deportado a Ruanda.
En virtud de una nueva y controvertida ley, el Reino Unido tiene previsto enviar a los solicitantes de asilo llegados ilegalmente a suelo británico a Ruanda, país de África Oriental situado a 7.000 kilómetros de Londres, a partir de mediados de junio.
Sentado en un parque del "gay village" de Mánchester, en el centro de esta ciudad del norte de Inglaterra, Hadi -el nombre fue cambiado a petición suya- relata febrilmente su periplo, el de un gay iraquí que huye de los intentos de violación y la persecución en su país.
En Irak, "intentaron violarme", explica en árabe este veinteañero, con las cicatrices del ataque aún visibles. "Me golpearon en el brazo y en la espalda y perdí el conocimiento por el dolor", cuenta.
Hadi teme estar reviviendo sus peores pesadillas, al saber que el Reino Unido, donde pidió asilo en enero de 2022 tras cruzar toda Europa de este a oeste, quiere enviar a los migrantes a Ruanda, que recibirá en un primer momento unos 157 millones de dólares por acoger a migrantes y darles una vía legal para la residencia.
El plan británico pretende disuadir los cruces ilegales del Canal de la Mancha, que han aumentado a pesar de las promesas del gobierno conservador de acabar con ellos tras el Brexit.
El proyecto suscita fuertes críticas de grupos de derechos humanos, figuras de la oposición en ambos países e incluso de Naciones Unidas.
Está previsto que el primer vuelo despegue el martes, pero las asociaciones presentaron un recurso ante la justicia para impedirlo.
- Imposible de seguir -
"Hemos sufrido y escapado de la muerte, hemos cruzado el mar ¿Todo para ser enviados a Ruanda?". Mátanme o condénenme a muerte en lugar de enviarme" allí, dice a la AFP.
"Es una sentencia de muerte para todos los refugiados", añade, instando al primer ministro británico, Boris Johnson, y a su ministra de Interior, Priti Patel, a abandonar este proyecto.
Aunque la homosexualidad no está prohibida en Ruanda, las personas LGTBQ+ son frecuentemente discriminadas: despedidas de sus trabajos, repudiadas por sus familias, negadas de atención médica o incluso apalizadas.
El propio Ministerio del Interior británico admitió en un informe su "preocupación" sobre el trato a las personas LGTBQ+ en ese país africano.
"Incluso en el informe del gobierno, Ruanda no es un lugar tolerante para las personas LGTBQ+, así que ¿por qué quieren deportarlos a Ruanda? ¿Para que sean más perseguidos?", se indignan Aderonke Apata, fundador en 2014 de la oenegé "The African Rainbow Family".
Esta antigua solicitante de asilo nigeriana y lesbiana ahora ayuda a los inmigrantes LGTBQ+ en sus trámites y en su integración en la sociedad inglesa.
Hadi "vive con miedo cada segundo", explica. "Pensaba que el Reino Unido respetaba los derechos de los homosexuales (...) Ahora que está aquí, se enfrenta de repente a la perspectiva de ser deportado".
"Estamos hablando de personas que han sido perseguidas en sus propios países, que han conseguido huir y encontrar refugio en el Reino Unido, y ahora el gobierno británico quiere deportarlas y enviarlas a países homófobos en los que no habrá ningún tipo de control sobre lo que les ocurre", dice Apata.
Según ella, los mecanismos de control previstos por la ley y que supuestamente se van a poner en marcha en Ruanda no son realistas. "Aquí, en el Reino Unido, he sufrido personalmente ataques homófobos cuando estaba en el centro de detención. No se hizo nada y eso fue aquí en el Reino Unido (...) Ahora explíqueme, si los enviamos a Ruanda, ¿quién va a protegerlos?"
"Para mí, el gobierno británico está tirando por la borda sus obligaciones respecto a las convenciones que garantizan los derechos de los refugiados", agrega.
A.Pérez--ESF