El límite del precio de la electricidad entra en vigor en España y Portugal
El límite sobre el precio de la electricidad, autorizado por Bruselas como parte de la "excepción ibérica", entró en vigor el martes en España y Portugal, donde la factura eléctrica de los hogares debería reducirse entre un 15% y 20%, según las autoridades.
"Estamos beneficiando a casi 11 millones de hogares, pequeñas y medianas empresas", dijo este martes la portavoz del gobierno, Isabel Rodríguez, en la conferencia de prensa semanal tras el consejo de ministros.
"Aquellos que estén pagando una factura de 100 euros, pagarán el próximo mes en torno a 85-83", añadió.
La medida, aprobada el pasado miércoles por la Comisión Europea, "se aplicará hasta el 31 de mayo de 2023" y "beneficiará al conjunto de los consumidores", aseguró, por su parte, la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la televisión pública.
Permitirá "proteger" a los hogares españoles y portugueses, que podrán disfrutar de una "reducción importante" de su factura eléctrica en un mercado "turbulento y complicado", debido a la guerra en Ucrania, insistió.
Tras unas complejas negociaciones, España y Portugal obtuvieron el aval de la Unión Europea para retirarse del sistema tarifario energético europeo, ya que sus reducidas interconexiones eléctricas con el resto de la UE penalizan mucho a sus consumidores.
Esta medida derogatoria permitirá limitar a 40 euros (41,81 dólares) por megavatio-hora (MWh) el precio del gas que se usa en la producción de electricidad durante seis meses, con un objetivo medio de 50 euros en los próximos 12 meses, lo que supone casi la mitad del coste medio del gas desde enero.
La nueva medida debe originar una reducción de entre el 15% y el 20% de la factura eléctrica de los consumidores, de acuerdo con Madrid y Lisboa.
El precio de la electricidad se fija en los mercados europeos por el principio de "coste marginal", que toma como referencia el precio de la última capacidad de producción usada para equilibrar la red, ahora la de las centrales de gas.
Este mecanismo perjudica especialmente a España y Portugal, cuyas matrices energéticas se componen, en su mayoría, de energías renovables y que cuentan con pocas interconexiones con el resto de Europa.
Además de España y Portugal, otros países como Francia e Italia también piden una reforma profunda de las reglas del mercado europeo de la electricidad que permita disociar sus precios de los del gas en toda la Unión Europea.
Otros, como Alemania, Austria, Países Bajos o Dinamarca, sin embargo, se oponen a este cambio y prefieren apostar por la libre competencia, el incentivo de medidas de eficacia energética o por reforzar las interconexiones de redes en el continente.
R.Abreu--ESF