La inflación amenaza la Fiesta del Cordero en Turquía
Cada año, Gül Er compra un cordero en las vísperas del Eid al Adha, la fiesta musulmana del sacrificio. Pero los precios en el mercado de ganado de Sultangazi, un barrio conservador de Estambul, están por las nubes.
Este festejo "es un deber sagrado, pero los precios son desorbitados", comenta la joven.
Acompañada de su hija, Gül Er negocia en la carpa blanca de un ganadero, entre el olor del estiércol y el calor aplastante del mediodía.
Este año solo puede permitirse un escuálido cordero.
El regateo es intenso en los pasillos de esta feria de más de 40.000 metros cuadrados. Entre los bramidos de los animales, los compradores buscan hacerse con una ganga de cara a la fiesta del cordero, que comienza este sábado.
Durante los cuatro días de festejos, la tradición impone sacrificios de corderos, cabras y terneras de al menos un año en nombre de Alá. Una carne que luego se comparte con los pobres y los familiares.
Pero este año, la poco ortodoxa política monetaria del presidente Recep Tayyip Erdogan ha llevado a que Turquía viva una inflación del 78,6% interanual, según datos oficiales (y de 175,5% según economistas independientes). Muchos precios se han duplicado o triplicado.
- "Clientes descontentos" -
Semsi Bayraktar, presidente de la Unión de Agricultores de Turquía, prevé un 25% menos de ventas este año. Una encuesta del instituto Ipsos afirma que solo el 26% de los turcos podrán sacrificar un animal, 15 puntos porcentuales menos que en 2021.
"El año pasado, vendía una res de 500 kilos por 20.000 libras turcas (1.188 dólares al cambio actual). Pero este año, el precio es de 45.000 libras (2.673 dólares)", explica Galip Toklu, criador en la ciudad de Samsun (norte, junto al mar Negro).
"Los clientes están descontentos", reconoce. "Pero tenemos muchos problemas: el precio del alimento para el ganado se ha multiplicado por cuatro", trata de justificar.
Sinan Ates también se muestra pesimista. Este criador, con 600 cabezas de ganado, llegó hace 48 horas al mercado de Sultangazi y todavía no ha logrado realizar su primera venta.
La cría de ganado en Turquía "se ha acabado", afirma, achacando la situación al aumento de los precios del carburante y de las raciones animales y a la falta de ayudas del gobierno.
- "Orden de Alá" -
Salih Yeter viene a menudo al mercado. Este año le acompañan siete amigos que pondrán cada uno de su parte para comprar un animal.
"Si encontramos algo a buen precio, lo compramos. Si no, podemos esperar", afirma con filosofía Yeter, que este año desea regalar carne a los más necesitados.
"Gracias a mí, podrán comer otros musulmanes", explica.
Según cifras oficiales, los precios de la alimentación subieron un 93% en los últimos doce meses en Turquía, con alzas mayores en las carnes.
A pesar de la crisis, muchos turcos no desean renunciar a su "deber sagrado" durante el Eid al Adha.
"Los precios se han duplicado pero debemos hacerlo: es una orden de Alá", dice tras su barba blanca Selahattin Kose.
Sin embargo, este anciano avisa: "El año pasado compré una res, este me contento con un cordero".
A.Abarca--ESF