Liz Truss, debilitada en pleno congreso del Partido Conservador británico
La primera ministra británica, Liz Truss, volvió a defender el martes su controvertido plan económico, un día después de dar un giro de 180 grados que debilitó su credibilidad y ya presagia otros focos de tensión dentro de sus propias filas.
En el poder desde hace menos de un mes, la líder conservadora de 47 años que sucedió de Boris Johnson está teniendo un difícil comienzo, en pleno congreso de su partido, que se celebra hasta el miércoles en Birmingham, en el centro de Inglaterra.
En una entrevista emitida por la BBC el martes, la jefa de gobierno defendió como "responsable" su polémico plan económico, presentado el 23 de septiembre y que fue muy criticado por incluir importantes bajadas de impuestos financiadas con deuda pública.
Ante la mala acogida de mercados, votantes y algunos de sus propios diputados, el ejecutivo tuvo que anunciar el lunes que abandonaba una de sus medidas estrellas: la supresión del tramo impositivo más alto, de 45%, para las rentas superiores a 150.000 libras anuales (170.000 dólares).
Además, según el Financial Times y la BBC, el ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, se dispone a claudicar de nuevo y adelantará la presentación de su plan para financiar estas medidas, que inicialmente quería dejar para el 23 de noviembre.
"He presionado mucho al ministro sobre esta cuestión y ha escuchado", afirmó el jefe de la comisión parlamentaria del Tesoro, el conservador Mel Stride, en un comunicado.
La falta de cifras sobre el tamaño del paquete presupuestario, la falta de proyecciones sobre su impacto y la perspectiva de financiarlo incrementando la ya muy abultada deuda pública hizo tambalearse los mercados financieros británicos la semana pasada.
El banco central se vio obligado a intervenir con una compra de emergencia de bonos del Tesoro a largo plazo para evitar la quiebra de fondos de pensiones y el Fondo Monetario Internacional (FMI) lanzó un llamado a no aumentar la desigualdad en plena crisis del coste de la vida recortando los impuestos en favor de los más ricos.
- Promesas de Boris Johnson -
Pero hay otro frente que ya se perfila como complicado para el gobierno de Truss: la revalorización de las prestaciones sociales.
En declaraciones a la emisora de radio privada LBC, la primera ministra aseguró que aún no se ha tomado "ninguna decisión" sobre su incremento, en un contexto de inflación históricamente alta, en torno al 10%.
Aumentando el riesgo de una nueva rebelión parlamentaria en las filas conservadoras, Stride advirtió en declaraciones a la BBC que se lo pensaría dos veces si tuviera que votar a favor de un aumento de estas prestaciones inferior a la inflación.
La cuestión ya está provocando disensiones dentro del propio gobierno de Truss.
La secretaria de Estado de Relaciones Parlamentarias, Penny Mordaunt, declaró a Times Radio que "siempre ha apoyado, tanto en lo que respecta a las pensiones como a nuestro sistema de bienestar, que se actualice siguiendo la inflación".
"Tiene sentido hacerlo", subrayó Mordaunt, que fue candidata a la sucesión de Johnson y brevemente favorita.
Varios de los exministros de Johnson, convertidos ahora en simples diputados, recordaron a Truss que debe ceñirse al programa con el que su antecesor obtuvo en diciembre de 2019 la mayor victoria electoral conservadora en 40 años.
Durante el congreso del partido, uno de los pesos pesados de la mayoría, el exministro Michael Gove, subrayó que los conservadores deben garantizar que se "cumplen" los compromisos del programa de 2019, después de que Truss aboliera recientemente una moratoria aplicada a la explotación de hidrocaruburos por el sistema de fracturación hidráulica.
Sin embargo, cuando los periodistas le preguntaron si Truss podría permanecer en su cargo hasta finales de este año, Gove respondió afirmativamente.
K.Baro--ESF