El gobierno británico da otra vuelta de tuerca a su duro discurso antimigración
Los solicitantes de asilo "abusan del sistema" y es necesario "recuperar el control", defendió esta semana la ministra británica del Interior, Suella Braverman, endureciendo su retórica contra la inmigración y prometiendo reducir las llegadas por mar pese a los convenios internacionales.
"No es racista (...) querer controlar nuestras fronteras. No es intolerante decir que hay demasiados solicitantes de asilo que abusan del sistema", afirmó Braverman el martes en su primer discurso desde que llegó al cargo hace un mes.
Esta ultraconservadora de 42 años recibió una gran ovación en el congreso anual del Partido Conservador británico celebrado en Birmingham, en el centro de Inglaterra, por su rechazo de los solicitantes de asilo que no "responden a las necesidades del país".
"Si usted entra ilegalmente en el Reino Unido desde un país seguro, debe ser devuelto rápidamente a su país de origen o reubicado en Ruanda, donde se estudiará su solicitud de asilo", afirmó.
Los gobiernos conservadores británicos llevan una década prometiendo sin éxito reducir drásticamente el número de inmigrantes.
Su último plan, congelado por la justicia, consiste en expulsar a Ruanda, en Africa a 6.500 km, a las personas que entren clandestinamente en suelo británico.
Desde principios de año, una cifra récord de 33.500 personas realizaron la peligrosa travesía marítima del Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones. Más de la mitad procedían de tres naciones: Afganistán (18%), Albania (18%) e Irán (15%), según el ministerio del Interior. Desde 2018, los iraníes e iraquíes representan casi la mitad de estos migrantes.
- "Distracción" -
Los sucesivos ejecutivo fracasaron en reducir los números de llegadas pero "han hecho la vida difícil a los inmigrantes aquí", explica a AFP Zoe Gardner, experta en sistemas de migración y asilo británicos.
"Durante mucho tiempo fue una forma de ganar apoyo cuando todas sus otras políticas fracasaban. Cada vez que el gobierno de Boris Johnson tenía una mala semana en los periódicos, podías estar seguro de que iban a anunciar medidas dirigidas a los inmigrantes como distracción", agrega.
Sin embargo, en su opinión es probable que esta estrategia fracase. Los británicos, que están mayoritariamente a favor de acoger a refugiados según las encuestas, están más preocupados por la actual crisis económica.
Prohibir el acceso al asilo es también una violación de la Convención de la ONU sobre los Refugiados, que establece que un migrante puede viajar de cualquier manera que desee -o pueda- a un país para buscar refugio, sin que se vea perjudicado por el modo de llegada.
Para algunos expertos, esta prohibición sería impugnada en los tribunales, como ocurrió en junio con el envío de solicitantes de asilo a Ruanda.
Después de múltiples impugnaciones legales a ese controvertido plan, el primer avión con destino a Kigali nunca despegó de Londres, tras una sentencia de última hora del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Fustigando esta decisión de un "tribunal extranjero", Braverman aseguró con una sonrisa tener un "sueño" para Navidad: "ver en la portada del diario Telegraph un avión despegando hacia Ruanda".
- "No hay otra manera" -
Las acusaciones de "abuso del sistema" que utiliza para justificar su política no se sostienen con las cifras oficiales.
Según el ministerio del Interior británico, el 94% de los casi 50.000 migrantes que llegaron al Reino Unido a través del Canal de la Mancha entre enero de 2018 y junio de 2022 solicitaron asilo. El 86% de los que obtuvieron respuesta tuvieron éxito. Pero la gran mayoría sigue esperando una decisión.
"Estamos hablando de personas que tienen buenas razones para solicitar asilo en el Reino Unido, sin otra forma de hacerlo" que cruzar el Canal de la Mancha, aseguró en Twitter Daniel Sohege, especialista en derecho de los refugiados que dirige la asociación Stand For All.
Con la ley actual, un inmigrante debe estar físicamente en el Reino Unido para iniciar el proceso de asilo, pero "no existe ningún modo" autorizado por Londres de llegar al país legalmente para pedir refugio, subraya Gardner.
Explotando el hecho de su insularidad, el Reino Unido asegura no deber acoger a los inmigrantes que llegaron viajando a través de otros países llamados "seguros".
Con esta ecuación imposible para los refugiados, "el Reino Unido recibe menos solicitudes de asilo que Francia, Alemania o Italia", asegura Gardner.
P.Rodríguez--ESF