Pese a fenómenos extremos, el calentamiento es tabú en zonas mineras de EEUU
Después de ver cómo las inundaciones asolaban Lost Creek, su aldea en los montes Apalaches, Chase Hayes presentó una denuncia contra la mina del lugar, aunque no quiere ser percibido como un "enemigo" del carbón.
Al igual que él, los residentes del este de Kentucky se cuidan de castigar a una industria que durante mucho tiempo les ha ofrecido los únicos empleos bien remunerados de la región. Y con la proximidad de las elecciones de mitad de mandato, pocos candidatos de la región se atreven a hablar sobre el cambio climático.
Sin embargo, el estado ha sufrido recientemente fenómenos extremos: en diciembre, tornados sin precedentes dejaron 80 muertos en el oeste de Kentucky, y a fines de julio violentas lluvias dejaron 40 fallecidos en el este.
Instalado en el fondo de un valle aislado, al borde de un pequeño riachuelo, Chase Hayes nunca había visto descender el agua con tanta rapidez.
Apenas tuvo tiempo de cortar una cerca para huir con su familia antes de que la corriente le destrozara el porche y una piscina elevada, se llevara un cerdo e inundara los cimientos de su casa prefabricada.
Aunque todavía no puede regresar a vivir allí, Hayes se considera "uno de los más afortunados" del lugar, donde una veintena de casas quedaron completamente destruidas y dos mujeres fueron arrastradas por la corriente.
Aseguró que algunos de sus vecinos aún duermen en tiendas de campaña y que no tienen ninguna perspectiva de encontrar un techo antes del invierno.
"Por ellos" decidió presentar una denuncia contra la minera que extrae carbón en la zona. De hecho, Hayes está convencido de que uno de sus depósitos cedió cuando la lluvia se intensificó.
"Las explosiones fueron demasiado fuertes, deben haber hecho crujir la cuenca", explica este hombre de 34 años y barba poblada a la AFP, a la que recibe en su jardín todavía fangoso y salpicado con montones de lana de vidrio empapada.
- Decapitar las montañas -
Sin embargo, Hayes, que proviene de una familia de mineros, se cuida de no generalizar. "Lo que sucedió aquí se debió a un problema de mantenimiento, pero no puedo decir que toda la industria tenga la culpa".
Unos 50 vecinos se sumaron a su denuncia, incluida Christy White, una mujer de 57 años cuya elegante casa ahora es una carcasa húmeda.
Esta mujer, cuya voz se quiebra ante la mención del diluvio, también culpa al mantenimiento de la mina local pero va un poco más allá. "Si explotas la Tierra, la taladras, le cortas las esquinas, eventualmente algo sucederá, es sentido común..."
En los últimos años, las mineras de los Apalaches desarrollaron una técnica que consiste en cercenar las cimas de las montañas para acceder más fácilmente a las vetas de carbón.
Pese a la controversia, su impacto en las inundaciones sigue siendo "incierto", señala William Haneberg, geólogo de la Universidad de Kentucky.
Esta técnica "expone mucha roca desnuda y elimina los árboles y la vegetación natural", dijo, pero los escombros se arrojan en los valles y aplanan el terreno "y eso podría disminuir la gravedad de las inundaciones".
Haneberg reconoce que "existe un fuerte consenso" entre los científicos para atribuir el calentamiento global a los combustibles fósiles. "En ese sentido, las minas de carbón se relacionan con los eventos recientes".
- "Hostilidad" -
Esta evidencia lucha por imponerse en Kentucky, donde aún opera el 20% de las minas de carbón de Estados Unidos.
Hayes ha oído hablar de estudios sobre el calentamiento global. "Pero no es un buen tema de conversación por aquí, porque sin el carbón, este lugar se vendría abajo".
Luke Glaser, concejal de la ciudad vecina de Hazard, que ha participado ampliamente en las labores de emergencia tras las inundaciones, confirma que hay a nivel local "hostilidad a las iniciativas climáticas".
"Los habitantes de los Apalaches están orgullosos de que su trabajo haya dado energía al país durante décadas y siente que se está atacando no solo su trabajo, sino también sus valores", explica este candidato a la reelección.
El estado también se inclinó hacia el campo republicano en la década de 1990, "en parte debido a problemas energéticos", recuerda Steve Voss, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Kentucky.
Los candidatos de ambos partidos tienen cuidado de "enfatizar que son amigos del carbón", aunque algunos demócratas comienzan a hablar sobre el calentamiento climático, dice.
Digan lo que digan, "no creo que las inundaciones tengan un impacto" en las elecciones de medio mandato de noviembre, dijo Hayes.
En esta empobrecida región del estado, "uno se siente olvidado, despreciado y, a menos que alguien tome medidas drásticas, las opiniones no van a cambiar", profetiza.
En cuanto a Christy White, ferviente admiradora del expresidente Donald Trump, está demasiado ocupada limpiando lo que queda de su casa como para pensar en los comicios.
Mientras ordena sus cosas, duda que el calentamiento global sea la causa de su desgracia. "Creo que es la voluntad de Dios. Quiere prepararnos para lo que sigue".
C.Abad--ESF