El BCE se apresta a dar un nuevo impulso a las tasas de interés
El Banco Central Europeo (BCE) se apresta a dar este jueves un nuevo empujón a las tasas de interés para luchar contra la inflación galopante, pese a los temores de que el endurecimiento del crédito agrave el riesgo de recesión económica.
Los economistas están ampliamente convencidos de que el consejo de gobernadores del BCE, de 25 miembros, aumentará sus tasas de referencia en 0,75 puntos porcentuales por segunda vez consecutiva.
La institución emisora del euro, con sede en Fráncfort, se halla bajo presión para frenar una inflación récord, impulsada por el encarecimiento de los alimentos y sobre todo de la energía desde la invasión rusa de Ucrania.
El aumento de precios en la eurozona (integrada por 19 de los 27 países de la Unión Europea) rozó el 10% interanual en septiembre, cinco veces más que la meta del BCE, de una inflación anual de 2%.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, reitera con insistencia que la inflación es "demasiado elevada" y que para contenerla hace falta seguir aumentando las tasas.
El aumento de tasas es la principal herramienta de los bancos centrales para frenar el alza de precios, porque encarece el crédito para el consumo y la inversión.
Ese endurecimiento monetario en un contexto de desaceleración económica es una opción delicada, pero los guardianes del euro consideran que dejar que los precios sigan escalando sería peor.
El BCE decidió entonces apartar cualquier consideración ajena a esa preocupación y "cierra los ojos a los riesgos de recesión", afirma Carsten Brzeski, economista de la consultora ING.
- "Riesgos" del dinero caro -
Si Rusia corta de forma duradera sus entregas de gas a Europa, la economía de la zona euro podría contraerse un 1% en 2023, advierte el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos.
El PIB de Alemania, la mayor economía de la zona euro, debería retroceder un 0,4% el año próximo.
Los gobiernos europeos, que vierten miles de millones de euros para sostener el poder adquisitivo de la población y la actividad de las empresas, no siempre ven con buenos ojos el endurecimiento de la política monetaria.
La nueva jefa de gobierno de Italia, Giorgia Meloni, destacó el "riesgo" que representan los aumentos de las tasas "para los Estados miembro con una deuda pública elevada".
El presidente francés, Emmanuel Macron, llamó a evitar "quebrar la demanda" en pos de la lucha contra la inflación.
El BCE ya procedió a dos aumentos de sus tipos desde julio, cerrando dos décadas de intereses bajísimos, e incluso negativos.
Alemania, fiel a la ortodoxia, piensa en cambio que se debe evitar "contrariar las medidas de los bancos centrales" apuntalando en demasía la demanda.
El BCE fue blanco de críticas por haber aumentado sus tasas con más parsimonia que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, donde la inflación se disparó más a causa de las medidas de reactivación pospandemia que por el precio de la energía.
- Esperando el balance -
El BCE debería también discutir en su reunión de esta semana del recurso a otras herramientas de política monetaria contra la inflación.
Cuando hacía falta evitar el derrumbe de precios provocado por la crisis, los bancos obtuvieron varias líneas de megapréstamos baratos (denominados "TLTRO").
Buena parte de esos TLTRO deben ser reembolsados hasta fines de 2023, pero el BCE podría incitar a los bancos a hacerlo antes.
Eso impediría que los bancos saquen jugosas ganancias limitándose a colocar sus excesos de liquidez en el BCE, a un interés que ya es de 0,75% y que debe aumentar.
El BCE sabe que los mercados examinarán con lupa el ritmo de reducción de su balance, que alcanzó los 8,8 billones de euros gracias a sus programas de compra de activos para respaldar la actividad económica.
Pero los analistas estiman que el riesgo es aún bajo de una "contracción cuantitativa", es decir de no volver a invertir las obligaciones que llegan a madurez, por temor de provocar una sacudida en los mercados.
"Los últimos acontecimientos en el Reino Unido, que obligaron al Banco de Inglaterra a dar marcha atrás en la compra de obligaciones, podrían verse como un llamado de atención sobre el riesgo para el mercado de bonos públicos y para la transmisión de la política monetaria de retirar liquidez de manera agresiva", apuntó Frederik Ducrozet, economista jefe de Pictet Wealth Management.
E.Campana--ESF