El agua, un factor de paz y prosperidad cuando el reparto es justo, según la ONU
Garantizar a todos los países "un suministro de agua seguro y equitativo" es "indispensable" para favorecer su prosperidad y, por extensión, la paz, subraya el informe anual sobre el agua publicado este viernes por la Unesco y ONU-Agua.
Establecer un vínculo directo entre agua y prosperidad es "un poco empírico", máxime cuando algunos países con poco oro azul son prósperos, reconoce Richard Connor, redactor jefe del informe publicado con motivo del Día Mundial del Agua.
Al contrario, "sin acceso a un agua limpia, la gente está expuesta a enfermedades que les impiden ir a la escuela, ir a trabajar, ser productivos. El vínculo aquí está bastante claro", agrega.
"Sin agua, no tenemos seguridad alimentaria, producción agrícola, industria", detalla a la AFP, tras la presentación del informe en la sede de la organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en París.
En los países en desarrollo, hasta un 80% de los empleos --concentrados en la agricultura y las industrias con un uso intensivo de agua-- están vinculados a este recurso, amenazado por el cambio climático.
En el mundo, 2.200 millones de personas no tienen acceso a agua potable segura y 3.500 millones carecen de servicios de saneamiento también seguros.
Si agua y prosperidad están vinculadas, prosperidad y paz también parecen ir de la mano. "Parece lógico que aquellos que tienen la suerte de vivir de forma próspera sean menos propensos a pelearse", apunta Connor.
- Cooperaciones -
Al contrario, "las desigualdades en el reparto de recursos hídricos, en el acceso a los servicios de suministro y de saneamiento" son fuente de tensiones que pueden a su vez "exacerbar la inseguridad hídrica", apunta el informe.
Pese a que en los años 1980-1990 se predecía que el siglo XXI sería el de las "guerras del agua", Connor estima que por el momento esta "ha sido la mayoría de las veces víctima de la guerra, pero no suele ser su causa".
Sin embargo, este recurso es fuente de numerosas crisis, a veces acompañadas de estallidos de violencia. En los últimos años, decenas de personas han muerto en disputas entre Kirguistán y Tayikistán por la tierra y el acceso al agua, por ejemplo.
Para evitar estas tragedias, la ONU aboga por una mayor cooperación internacional que está dando "resultados positivos".
En este sentido, pone como ejemplo la gestión ecológica de la región de Trifinio, entre El Salvador, Guatemala y Honduras, que permitió a su vez "reducir la pobreza" y un "desarrollo económico".
Pero de los 153 países que comparten ríos, lagos o aguas subterráneas, "sólo 31 han alcanzado acuerdos de cooperación que abarquen al menos 90% de la superficie de sus cuencas transfronterizas", apunta el informe.
- Agua y tecnología -
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, destaca la importancia de aumentar las inversiones privadas, ya que "el acceso universal al agua potable, el saneamiento y la higiene en 140 países de ingresos bajos y medios requeriría una inversión de unos 114.000 millones de dólares anuales hasta 2030".
El informe también señala un "retraso" tecnológico en la formación, así como una "falta de competencias" jurídicas, políticas e institucionales para evitar el despilfarro y la contaminación y permitir la resolución de conflictos mediante la negociación.
La ONU advierte además de la aparición de nuevas tecnologías diseñadas sin tener en cuenta su impacto en el agua, incluso cuando pretenden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como los biocombustibles, las baterías de litio o los sistemas de captura y de almacenamiento de carbono.
Estos últimos "pueden aumentar el consumo de agua de una central eléctrica en un 90%", señala el informe.
Sin olvidar las tecnologías de la información que "cada vez consumen más agua", ya que necesitan refrigerar sus servidores, sobre todo con el desarrollo de la inteligencia artificial.
"Unos pocos avances en la eficacia del riego pueden tener enormes repercusiones a nivel mundial, ya que la agricultura utiliza el 70% del agua dulce extraída", apunta Connor. Lo mismo ocurre con la industria, que representa el 20%, agrega.
I.Santos--ESF