En Sicilia, azotada por la sequía, se desperdicia el agua de la lluvia
Rosario Cognata, un joven productor de limones en la isla italiana de Sicilia, no puede contener su enfado: sus frutas se marchitan por la sequía mientras unos kilómetros más allá las aguas pluviales se vierten al mar.
La presa de Trinità, construida en 1959 en el municipio de Castelvetrano en el oeste de esta isla mediterránea, nunca ha pasado los controles de las autoridades y, por lo tanto, no dispone de autorización oficial.
Además, cuando la presa se llena durante las precipitaciones invernales, las autoridades abren las compuertas y el valioso oro azul se vierte por un canal que desemboca en el mar.
"De acuerdo, la sequía se debe a la ausencia de lluvia, pero el agua de la que disponemos, no sabemos gestionarla y eso no es responsabilidad de los agricultores", protesta Rosario.
Las canalizaciones conectadas al embalse alimentan los sistemas de riego de los agricultores locales que, en contrapartida, tuvieron que cerrar sus pozos.
Pero la infraestructura no se ha cuidado. Los conductos son antiguos y el agua no llega al campo. Hartos, algunos agricultores vuelven a abrir pozos, aunque sea ilegalmente.
Para Cognata, el caso ilustra la incompetencia de la administración local y del gobierno central en la gestión hidráulica desde hace décadas.
"Esto jamás les ha interesado", afirma, retomando el discurso repetido durante este verano de sequía por la principal organización agrícola del país, Coldiretti, de la que es socio.
- Red vetusta -
La sequía en verano no es algo novedoso para los sicilianos. Pero el calentamiento climático acentúa la frecuencia y la intensidad.
Este año "las precipitaciones han disminuido alrededor de 350 mm respecto al pluviómetro anual medio de 750 mm", explica Leonardo Valerio Noto, profesor de hidrología.
En su despacho de la Universidad de Palermo, la capital insular, analiza las imágenes por satélite de los 46 embalses artificiales de Sicilia.
"Muchas de estas presas se encuentran ya en una situación casi crítica. Algunos están prácticamente vacíos y otros, particularmente aquellos que abastecen a las grandes ciudades, experimentan una disminución significativa de recursos", explica.
Y el próximo verano de 2025 puede ser todavía peor porque no llegará suficiente agua para reponer la que se va a extraer, advierte.
Algunas provincias, sobre todo en el sur, carecen de agua potable y se ven sometidas a recurrentes cortes del suministro.
Como el agricultor Cognata, el profesor Noto lamenta el déficit de inversión pública en el mantenimiento de la red de distribución.
Italia es el primer país de la Unión Europea en términos de volumen absoluto de agua dulce tomada de la superficie o de las reservas subterráneas.
Pero "de cada 100 litros inyectados en la red de distribución, 42 se pierden por el camino" por el mal estado de las canalizaciones.
El Instituto Nacional de Estadística calculó que esta agua desperdiciada podría satisfacer las necesidades anuales de 43 millones de personas, es decir, tres cuartas partes de la población.
Precisamente, al frente de la clasificación de regiones que malbaratan más agua se sitúan Sicilia (51,6%) y Cerdeña (52,8%), otra isla mediterránea.
Según la fundación Fondo Ambiente, un 60% de la red nacional tiene más de 30 años y un 25%, supera el medio siglo.
Al ritmo actual de renovación de las canalizaciones (apenas cuatro metros por kilómetro y año), harán falta 250 años para reemplazarlas.
- Los jóvenes marchan -
Solicitada por la AFP, la autoridad regional siciliana asegura "responder a la urgencia de la sequía con la máxima determinación, tanto para la agricultura como para la población".
Región Sicilia explica que a principios de julio firmó con el Estado un plan hídrico de 1.600 millones de euros (unos 1.750 millones de dólares) para, entre otros objetivos, "reducir las pérdidas de agua".
Pero también hace falta que las autoridades locales gestionen correctamente los casos. Por ejemplo, el ayuntamiento de Agrigente, en el sur de la isla, perdió casi 50 millones de euros por no responder a tiempo a una licitación.
Cientos de habitantes del municipio se manifestaron a principios de agosto para denunciar la gestión del agua por parte de sus representantes.
En su finca en Campobello di Mazara que explota junto a su padre, Rosario Cognata asiste impotente a la putrefacción de sus limones que el árbol "estresado" deja caer al suelo.
Amarilla por fuera, la fruta está oscurecida por dentro, quemada por el sol, cuando en esta época debería estar todavía verde. El agricultor estima que perderá entre el 30 y el 40% de la cosecha.
"Sin agua, no hay vida. Es muy grave. Las familias se juegan su subsistencia, los jóvenes prefieren marchar y el campo se vacía", lamenta.
Los datos lo corroboran. Aunque presenta una de las tasas de natalidad más altas en un país envejecido, Sicilia es una de las cinco regiones italianas que se despuebla más rápidamente desde hace una década.
G.Aguado--ESF