"Genocidio" en Ucrania: la retórica más allá de los hechos probados
Varios responsables políticos no dudaron en calificar de "genocidio" la violencia contra los civiles de Ucrania, pero parece más un recurso de retórica que de hechos jurídicamente demostrados.
El presidente estadounidense, Joe Biden, volvió a colocar la cuestión sobre la mesa el martes.
El mandatario reconoció que corresponde a los "abogados, a nivel internacional" decidir sobre lo que es un genocidio. Pero "para mí, esto se parece mucho" a un genocidio, dijo.
El miércoles, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, también afirmó que "se puede hablar cada vez más de un genocidio" en Ucrania.
Antes de Biden y Trudeau, el primer ministro británico Boris Johnson había usado este término, al igual que el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski.
El propio presidente ruso, Vladimir Putin, también habló de genocidio para denunciar la política de Kiev en el Donbás, región del este de Ucrania escenario de enfrentamientos entre el ejército ucraniano y separatistas prorrusos desde 2014.
"Tengo que hablar de la rusofobia como el primer paso hacia un genocidio. Es lo que está pasando actualmente en el Donbás", afirmó el jefe de Estado en diciembre.
La Convención de la ONU para la prevención y la sanción del delito de genocidio lo define como "un delito perpetrado con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso".
Recientemente, la palabra fue usada para referirse al destino de los uigures, minoría musulmana reprimida por China, o a la violencia sufrida por los rohinyás en Birmania.
Pero cada caso merece un análisis separado. Cecily Rose, profesora de Derecho público internacional en la universidad de Leiden, en Países Bajos, estimó que existen "numerosas pruebas" que sustentan la hipótesis del genocidio contra los uigures y los rohinyás.
- "La bruma de la guerra" -
Sin embargo "no creo que lo que está ocurriendo en Ucrania entre en la definición de genocidio", dijo a la AFP.
La Corte Penal Internacional (CPI) abrió ya una investigación sobre la guerra en Ucrania. "Ucrania es la escena de un crimen. Debemos disipar la bruma de la guerra para llegar a la verdad", dijo el miércoles el fiscal de la corte, el británico Karim Khan, en Bucha, cerca de Kiev.
Los juristas son, sin duda, más prudentes que los responsables políticos.
"La palabra genocidio tiene una definición legal precisa, pero también se usa por los políticos y activistas por su capacidad de caldear los ánimos e indignar", afirmó a la AFP William Schabas, profesor de Derecho internacional en la universidad Middlesex de Londres.
"Es un superlativo, un término que se emplea cuando las otras expresiones, como 'crimen de guerra' o 'crímenes de lesa humanidad' ya no parecen lo suficientemente eficaces desde un punto de vista retórico", dijo.
Pero los desafíos que entrañan estos términos superan con creces los recursos de oratoria. El genocidio o el crimen de guerra deben corresponder a hechos muy concretos que tienen que ser probados.
"Estamos ante un conflicto que nos espanta. Acaba de empezar y la justicia penal internacional se pone en marcha", opinó Céline Bardet, jurista e investigadora criminal internacional, que no ocultó su sorpresa ante el hecho de que el fiscal de la CPI haya ido a Kiev y se haya reunido con el presidente Zelenski.
"Muy bien que haya decidido abrir una investigación tan rápido. Espero que lo haga en adelante en todos los conflictos", dijo.
"La justicia necesita distancia para no caer dentro de todo este alboroto. El tiempo de la justicia no es el tiempo de los conflictos", insistió, temiendo que la CPI sea vista como una institución que "trabaja cuando los occidentales la impulsan a hacerlo".
Cecily Rose sí consideró que es necesario actuar rápido. "Es mejor reunir las pruebas ahora que dentro de cinco años", opinó.
"Podemos aprovechar esta oportunidad para ver hasta qué punto la justicia internacional ha sido selectiva", admitió.
Pero, a la espera de que la justicia establezca los hechos, la palabra "genocidio" debería usarse con mucha atención y prudencia, y sobre todo basándonos en una investigación independiente", insistió la experta.
F.Alegria--ESF