Los zapadores buscan restos de cohetes rusos en Járkov
Un equipo de expertos en desactivar bombas recorre las calles de Járkov en busca de restos de cohetes rusos, después de que esta ciudad, la segunda más grande de Ucrania, sufriera duros bombardeos.
La ciudad, ubicada a una decena de kilómetros de la frontera rusa, sufrió daños importantes en los primeros días de la invasión lanzada por el presidente ruso Vladimir Putin.
Aunque Kiev logró retener el control de la ciudad, aún sufre ataques a diario, y los expertos en desactivar bombas son llamados sin cesar para retirar restos de artefactos rusos.
"Recibimos más de 50 llamadas diarias", dice Igor, el teniente coronel a cargo del equipo que elimina los restos de explosivos de las calles de Járkov.
"El miércoles recibimos 82 llamadas", dijo a AFP.
Los distritos residenciales del noreste de Járkov son golpeados a diario por ataques que pueden ocurrir en cualquier momento del día o la noche y que a menudo son mortales.
El jueves, su primer trabajo fue en una escuela.
En una oficina en el primer piso, la luz del sol penetró por un agujero abierto en el techo por un cohete de un diámetro de más de un metro. Las ventanas están rotas y una pila de escombros cubre el piso.
"Hubo bombardeo en el barrio y golpeó el techo", comentó una mujer que los llevó a la escuela.
- Asustados -
"Estábamos muy asustados, no sabíamos si había explotado o no", agregó.
Abriéndose camino entre los escombros, no encuentran nada. Pero afuera detectan un fragmento del cohete.
A solo 300 metros, encuentran otra pieza, la cola que se asoma entre el concreto de los edificios de la era soviética.
Uno de los trabajadores intenta tirarlo pero el tubo de metal no cede, por lo que utilizan una pala para excavar hasta soltarlo.
Lo identifican como los restos de un proyectil disparado por un lanzacohetes soviético BM21 Grad, que tiene un rango de 45 kilómetros y es capaz de disparar 40 proyectiles seguidos.
Su siguiente tarea es en un piso 11 donde utilizan una pequeña escalera para llegar al techo de un edificio.
Desde allí dominan Járkov y pueden observar un bosque al noreste desde donde los soldados rusos bombardean la ciudad.
La línea de frente está a menos de cinco kilómetros.
En el techo hay un enorme agujero, por el cual deben bajar en busca de los restos del cohete.
Al igual que el resto de fragmentos de metal calcinado que han recolectado durante el día, lo cargan en su vehículo 4x4.
- Tierra de nadie -
Afuera, un hombre se acerca a entregarles un trozo de metal.
"Para la próxima mejor nos llama y nosotros lo venimos a buscar", le dice uno de los expertos.
En seguida se van al este de la ciudad, cerca de la ruta circunvalar que se ha convertido en tierra de nadie entre los dos bandos.
Allí hay un edificio de cinco pisos que fue golpeado y cuya fachada de concreto fue perforada y tiene un agujero ennegrecido entre el segundo y tercer piso.
Adentro encuentran un largo fragmento de un cohete Grad incrustado en el baño de un apartamento del primer piso, donde vive una mujer llamada Antonina quien se encontraba afuera cuando cayó.
"Cuando llegué a casa estaba todo destruido", contó a AFP.
"Fue aterrador", agregó.
Durante las tres horas de trabajo el golpeteo de la artillería ucraniana en respuesta a los ataques de cohetes rusos estuvo presente como ruido de fondo.
Ese mismo día, una persona murió y otras dos resultaron heridas en un ataque en el noreste de Járkov, al igual que el día anterior.
V.Morales--ESF