Segunda vuelta de legislativas en Lituania que pueden encumbrar a coalición de centroizquierda
Lituania vota el domingo en la segunda vuelta de unas elecciones legislativas que pueden llevar al poder a una coalición de centroizquierda en medio de un clima de inquietud frente al vecino ruso.
Los socialdemócratas ya ganaron un importante número de escaños en la primera vuelta de hace dos semanas y se aprestan para relevar a los conservadores actualmente en el gobierno.
Los analistas consideran que este cambio no debería modificar el respaldo a Ucrania aportado por este país báltico de 2,8 millones de habitantes, miembro de la OTAN y la UE.
La antigua república soviética observa con recelo a Rusia y teme ser su próximo objetivo si Moscú finalmente ganara la guerra contra Ucrania.
En la campaña, los principales partidos coincidieron en la necesidad de respaldar a Kiev y de mantener o aumentar el presupuesto de defensa, que ya representa un 3% de su PIB.
Además, según el instituto alemán Kiel, Lituania es de los tres primeros países del mundo que más ayuda a Ucrania en proporción a su PIB, con una tasa del 1,64%.
"Las diferencias en esta elección son sobre cuestiones de política interior, pero en materia de política exterior no vemos prácticamente ninguna diferencia", declaró a la AFP la analista política Rima Urbonaite.
El Partido Socialdemócrata, que ya dirigió el gobierno entre 2012 y 2016, espera obtener junto a sus aliados unos 80 escaños de los 141 en el Parlamento y escoger a su dirigente Vilija Blinkeviciute como nueva primera ministra.
Los socialdemócratas se comprometieron a aumentar las pensiones, a establecer una fiscalidad más progresiva, a tasar los productos de lujo y a mejorar la financiación de servicios sociales.
El partido gobernante conservador, al que muchos votantes culpan de la inflación, debería quedar en segunda posición, según los sondeos.
Los comicios están marcados por la polémica alrededor de un nuevo partido populista, Amanecer de Nemunas, dirigido por el exdiputado Remigijus Zemaitaitis, que dimitió entre acusaciones de antisemitismo y está juzgado por incitación al odio.
La formación se aseguró 15 escaños en la primera vuelta y puede ser clave en la formación de gobierno, aunque los socialdemócratas los descartaron como socios.
A.Amaya--ESF