Denuncian en Australia el proyecto británico de expulsar a Ruanda a demandantes de asilo
El proyecto británico de expulsar a Ruanda demandantes de asilo es denunciado por exmigrantes que sufrieron en Australia un dispositivo similar y cuya vida fue quebrada por los años pasados detenidos en las islas del Pacífico.
Durante más de seis años, Abdul Aziz Muhamat, nacido en Sudán, fue detenido por las autoridades australianas en una isla minúscula en aguas de la Papuasia-Nueva-Guinea, lejos de cualquier control legal y de toda mirada.
"La manera más simple de describir la vida en la isla de Manus es que no hay ninguna vida", explica Muhamat.
"Es peor que una cárcel", cuenta a la AFP. "Si usted llora, nadie le escuchará. Si grita, nadie vendrá", agrega.
Muhamat hace parte de los miles de migrantes que lograron llegar a Australia en barco antes de ser enviados a centros de retención en Manus, en el pequeño Estado de Nauru, más al Este.
Una política aplicada durante años por Australia y que buscaba disuadir a los clandestinos de llegar por barco a Australia.
Una vez en el lugar, un número de identificación les era atribuido y se les señalaba la prohibición de instalarse de manera permanente en Australia.
Muchos pasaron años en esos campos donde las condiciones de vida eran "atroces", según los grupos de defensa de derechos humanos.
Las autoridades "nunca hubieran permitido tales condiciones si los campamentos hubieran estado en Australia", estima Nick McKim, senador de los Verdes que visitó Manus en cinco ocasiones antes de que le rechazaran la entrada.
"No dudo en calificar de tortura lo que pasó en esos campamentos", dice.
En la actualidad, luego de años de aplicar esa política costosa para los contribuyentes, 14 detenidos fallecidos, una serie de tentativas de suicidio, entre ellos de jóvenes migrantes de apenas cinco años, y al menos cinco demandas ante la Corte Penal Internacional, el dispositivo australiano fue desmantelado pieza por pieza.
El mes pasado, un centenar de personas seguían detenidas en Nauru.
Gran Bretaña acaba de retomar ese concepto y planea el envío de demandantes de asilo a Ruanda, a más de 6.000 kilómetros de Londres.
- Esa política "no tuvo resultados" -
El periodista kurdo iraní Behrouz Boochani, quien pasó seis años en un campamento de refugiados en Manus, llamó a los británicos a luchar contra ese proyecto que busca "copiar las políticas de asilo extremadamente deshumanizantes de Australia".
Pero el Primer ministro británico Boris Johnson, que pidió consejo a una serie de estrategas políticos australianos, retomó los argumentos del gobierno de ese país, al afirmar que ese proyecto busca disuadir a los migrantes.
Como sus homólogos australianos, Johnson destacó que eso incitará a los candidatos a la inmigración a no emprender peligrosos viajes por mar en embarcaciones precarias y sobrecargadas.
Pero los datos muestran de manera "evidente" que la detención offshore no tiene nada de disuasivo, señala Madeline Gleeson, jurista australiana del Kaldor Centre para el derecho internacional de los refugiados.
Para ella, el dispositivo británico es muy cercano a la política llevada a cabo por Australia entre agosto de 2012 y julio de 2013, cuando solo algunos demandantes de asilo eran enviados a los campamentos offshore.
"Durante ese periodo, el número de personas siguió aumentando para alcanzar niveles récord", dijo.
Muhamat, quien llegó tres veces a Australia en barco desde Indonesia, y perdió en el viaje a cinco de sus más cercanos amigos, es más directo.
Esta política "no tuvo resultados", señala.
"Cuando uno corre para salvar la vida, no piensa en la tragedia que encontrará en el camino", señala. "¿Qué opción tiene la gente? Solo una: seguirán arriesgando su vida", agrega.
Residente en Suiza, Muhamat considera que esta política condenará simplemente a la gente a ser perjudicada por un sistema que ya fracasó.
"Eso destruirá la reputación de todo un país", piensa. "La imagen del Reino Unido será reemplazada por una imagen de miseria humana", concluye.
A.Barbero--ESF