Polémico Starliner de Boeing despega hacia la ISS en una prueba clave
El gigante aeroespacial estadounidense Boeing lanzó el jueves su cápsula Starliner rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS) en un vuelo de prueba no tripulado clave, tras años de fallas y falsos comienzos.
La misión Orbital Test Flight 2 (OFT-2) despegó a las 18H54 hora del este de EEUU (22H54 GMT) desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, con la nave espacial fijada sobre un cohete Atlas V de United Launch Alliance, según la transmisión en vivo de la NASA.
"El Starliner sale rumbo al espacio en los hombros de Atlas", dijo un vocero de la agencia espacial estadounidense durante la transmisión.
El éxito de la misión es clave para reparar la maltrecha reputación de Boeing, después de un primer fracaso en 2019.
En esa ocasión falló el intento por acoplarse a la ISS debido a errores de software, que implicaron quemar demasiado combustible para llegar a su destino e incluso la posibilidad de destruir la nave durante su reingreso.
Un segundo intento estaba previsto para agosto del año pasado, pero fue retrasado desde la plataforma de lanzamiento para solucionar un problema de válvulas que no se abrían como debían, y la capsula debió ser devuelta a la fábrica.
Boeing y la NASA afirman que el drama ya quedó atrás.
"Es un gran momento", dijo la administradora adjunta de la NASA Pam Melroy, justo antes del lanzamiento. "Cuando construimos la estación especial estábamos realmente enfocados en toda la asombrosa ciencia que podíamos hacer en innovación, y ahora tener otra manera de llegar allí simplemente nos da más resiliencia".
La NASA busca certificar a Starliner como un segundo servicio de "taxi" para astronautas hacia la ISS, una función que ya cumple SpaceX, de Elon Musk, desde el éxito en 2020 de su misión de prueba con su cápsula Dragon.
- Día de redención -
Ambas compañías recibieron en 2014 contratos con montos fijos de 4.200 millones de dólares para Boeing y 2.600 para SpaceX, poco tiempo después del cierre del programa del transbordador espacial, durante una época en que Estados Unidos dependía de los cohetes rusos Soyuz para llegar al laboratorio orbital.
Boeing, con su historia centenaria, fue considerada por muchos como una apuesta segura frente a la prácticamente inexperimentada SpaceX.
Pero la empresa de Musk envió recientemente su cuarta tripulación de rutina a la plataforma de investigación, mientras que los retrasos en el desarrollo de Boeing han costado cientos de millones de dólares a la compañía.
Starliner debería acoplarse con la ISS en unas 24 horas después de su lanzamiento, y entregar más de 226 kilógramos de carga, incluyendo comida y otras provisiones como ropa o bolsas de dormir para la tripulación de la estación.
Su único pasajero es un maniquí llamado Rosie the Rocketeer -un juego de palabras acerca de la estrella de la campaña de reclutamiento estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, Rosie the Riveter-, cuyo trabajo consiste en colectar datos de vuelo con censores sobre lo que deberían experimentar los humanos.
"Estamos un poco celosos de Rosie", dijo el astronauta de la NASA Mike Fincke, quien se espera que figure en la primera tripulación seleccionada para una misión de demostración en caso de que OFT-2 tenga éxito.
La cápsula pasará entre cinco y diez días en el espacio, antes de desacoplarse y volver a la Tierra, usando paracaídas para aterrizar en el desierto del oeste de Estados Unidos.
La NASA considera necesario tener un segundo proveedor de viajes a la órbita baja de la Tierra, en caso de problemas con SpaceX.
"Para nosotros es realmente crucial avanzar para tener dos vehículos tripulados de rutina que puedan llevar pasajeros hacia y desde la ISS", dijo a periodistas Dana Weigel, subdirectora del programa de la ISS.
A.Navarro--ESF