Incendio provocado calcina un proyecto de reforestación en la Amazonía
Se suponía que iba a ser una buena noticia sobre la deteriorada selva amazónica. Pero las llamas, provocadas al parecer para abrirle campo al ganado, redujeron a cenizas un proyecto que replantaba cientos de miles de árboles en una reserva natural en Brasil.
Lanzada en 2019 por el grupo de investigación medioambiental Rioterra, la iniciativa de reforestación replantó 360.000 árboles en 270 hectáreas de bosque que habían sido arrasadas ilegalmente por la ganadería en el estado norteño de Rondonia.
La idea era ambiciosa: salvar un rincón de la mayor selva tropical del mundo y por el camino luchar contra el cambio climático y crear empleos sostenibles, dice Alexis Bastos, coordinador del proyecto de Rioterra.
Pero, justo cuando la tierra marrón y llena de cicatrices volvía a ser un bosque verde esmeralda -cuyos árboles jóvenes ya habían absorbido unas 8.000 toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera -, todo ardió.
Los investigadores concluyeron que el incendio, que comenzó el 3 de septiembre, fue provocado, según un informe forense de la agencia federal de medio ambiente ICMBio obtenido por la AFP.
Se sospecha de acaparadores de tierras que pretenden convertir el territorio en pastos para el ganado.
"El motivo probable era obstruir el proceso de restauración ecológica de la zona", afirma el documento.
- Señal reveladora -
Las imágenes de satélites indican que el fuego se desplazó en dirección contraria a la del viento, lo que suele ser un signo de incendio provocado, según los investigadores.
El fiscal jefe del caso, Pablo Hernandez Viscardi, dijo que la policía ha identificado a varios sospechosos.
El proyecto está situado en la parte suroeste de la Reserva Natural Estatal de Rio Preto-Jacundá, de 95.000 hectáreas.
Es una zona tan alejada que el personal de Rioterra arribó allí apenas el 6 de septiembre, un día después de que las imágenes de satélites les alertaran de la destrucción.
Cuando llegaron, descubrieron que las vías de acceso estaban bloqueadas por árboles talados.
Bastos, de 49 años, recuerda que se vino abajo cuando vio la zona convertida en cenizas.
"Fue horrible", dijo a la AFP. "La gente no tiene ni idea de lo que hicimos para restaurar ese bosque. Era un proyecto (...) a gran escala".
Costó casi un millón de dólares y dio empleo directo a más de 100 personas, según Rioterra.
Además de ayudar en la lucha contra el cambio climático, pretendía proporcionar una fuente sostenible de ingresos a residentes locales, por ejemplo, con la plantación de palmeras de "açaí", un "superalimento" que ha desatado una moda internacional por sus propiedades nutritivas y antioxidantes.
- Amenazas de muerte -
Pero el proyecto no fue bien recibido por algunos habitantes de la región, hogar de una poderosa industria ganadera.
Los investigadores afirman que la reserva Rio Preto-Jacundá está bordeada por ranchos con un historial de delitos ambientales, incluidas repetidas usurpaciones de la reserva.
La tala de selva protegida para obtener pastos es un negocio ilegal pero lucrativo en Brasil, primer exportador mundial de carne de vacuno.
Los delincuentes suelen destruir reservas naturales remotas y difíciles de vigilar de la Amazonía para otras actividades ilegales como la extracción de oro y la tala de árboles.
Imágenes de satélite muestran cómo la selva verde de la reserva está circundada por tierras pardas arrasadas, que se extienden en varios lugares por la zona supuestamente protegida.
Bastos afirmó que el personal de Rioterra recibía "constantemente" amenazas de muerte.
"En una ocasión unos tipos emboscaron a un colaborador nuestro y le pusieron un arma en la cabeza. Le dijeron: 'Esto es solo un mensaje, pero si siguen intentando recuperar el área, la próxima vez no lo será'".
El fiscal Viscardi dijo que el estado de Rondonia lucha contra una oleada de delitos contra el medio ambiente cometidos por mafias especializadas en el acaparamiento de tierras que utilizan pistoleros a sueldo y "tácticas de guerrilla".
"Dado el modo de actuar (de los criminales), eso es probablemente lo que está ocurriendo en la reserva de Rio Preto-Jacundá", declaró a la AFP.
Sin inmutarse, Bastos prometió volver a empezar de cero.
"No podemos permitir que los acaparadores de tierras crean que esto es normal, que son más poderosos que el Estado", afirmó. "Como sociedad, tenemos que poner fin a esto".
R.Salamanca--ESF